La importancia del grupo

«Egrégora designa la fuerza generada por la sumatoria de energías físicas, emocionales y mentales de dos o más personas cuando se reúnen con cualquier finalidad. Todas las agrupaciones humanas tienen sus egrégoras características; todas las empresas, clubes, religiones, familias, partidos, etc.«

DeRose

Los humanos no somos los únicos seres en la tierra que nos movemos en grupo. El fenómeno de las egrégoras es observable en muchas especies animales.

Los elefantes son un sabio ejemplo de seres gregarios que se unen en manadas integradas por una hembra con sus crías. Esas familias, compuestas por unos 20 o 30 ejemplares, son conducidas por una matriarca y, a veces, se juntan con otras manadas, generando grupos de hasta mil integrantes. Sus movimientos están determinados por la búsqueda de alimentos y agua. Normalmente se mueven al atardecer, cuando no hace tanto calor. Aprovechan la noche o las primeras horas de la mañana para comer. El caso de los machos es diferente: mientras son jóvenes permanecen unidos a la familia, pero cuando se hacen adultos se separan y viven solos o en grupos pequeños.

Tanto el hombre como los animales se tornan más fuertes si se mueven en conjunto. Es bueno saber que cuando uno está débil puede encontrar fortaleza en otra persona o en un grupo que lo apoya, una egrégora.

Nacimos para interactuar, para compartir, para pertenecer. Sin perder por eso individualidad ni libertad.

Cuando hablamos de valorización del sentimiento gregario en el Método DeRose, nos referimos a estar a gusto con quienes practican y enseñan esta propuesta. Tener empatía con la práctica, con los conceptos teóricos y comportamentales que propone nuestra filosofía. Disfrutar del espacio de enseñanza, que es un ámbito de cultura y aprendizaje en constante crecimiento.

La identificación con nuestra egrégora nunca debe ser forzada: surge como un sentimiento espontáneo, simple, de empatía. Es el placer que sentimos cuando participamos de una práctica, curso o paseo, por el solo hecho de estar rodeados de personas con las que aprendemos y estamos cómodos.

Por Valeria Stepa